lunes, 16 de noviembre de 2015

dulce sueños

Para Lola. Para mi querida Lola:

Solo quiero que no malgastes energía. Que yo lo entendí tarde, cuando perdía mi tiempo y fuerza en cosas estúpidas, cuando hacía de mis pequeños problemas una enorme montaña. Cuando pensé, que el mejor amor que tuve simplemente no lo merecía. Que comprendas que tenemos el amor que creemos merecer y como pensemos que somos poco, poco amor tendremos. Que putada.

Que la energía se disipa de muy distintas formas y nuestras reservas son necesarias cuando de verdad vienen las “vacas flacas”, que no tenemos que esperar a estar mal pero ver que estábamos bien. Que cada día debemos ser conscientes de que es un día menos de vida y uno más de nuestra historia. Que “uno menos” supone celebrar que cada vez hay menos cabida al dolor y menos temor a la muerte y que “uno más” significa que dejamos una pequeña huella en el mundo.

Que debemos dejar al tiempo que ponga a cada persona en su sitio y que tenemos que aprender que cuando hablo de muerte, también me refiero a la muerte en vida. Que el planeta está lleno de muertos vivientes que se desviven por retener a los vivos o por resucitar a los muertos. Querida Lola… los amigos también mueren en vida y no pierdas energía luchando contra ello. Nadie que no quiera quedarse contigo va a hacerlo y todo el que quiere quedarse aunque su materia se desvanezca, su recuerdo si tú quieres permanece. Lola, esto es recíproco: podrás retener a quien tú quieras, incluso muerto o muerto en vida, la clave reside en los recuerdos, en aquello con lo que quieras quedarte. Lo malo destruye, quema y consume energía, deberías aprender, cariño, a quedarte con lo bueno o a no quedarte con nada en absoluto.

Que te harán daño sin querer porque los procesos personales de cada uno son rosas con espinas que a menudo se chocan, se enredan y se destruyen. Que incluso por separado esas rosas son más bonitas y más dulces. Que lo importante es que cada rosa encuentre su jardinero, buscar en el otro la carencia de lo propio, y no buscar en el otro las propias carencias porque cero más cero no suma uno, ni dos. Cero más cero es nada.

Lola, no temas ser humana y mostrar lo que sientes. Yo tuve pánico por ser vulnerable, frágil y estúpida. Tragué mucho y la pagué con quien no debía. También la pagué conmigo misma. Ahora sé que nadie tiene la culpa porque en esta vida somos nuevos y tenemos que aprender a caminar, a bailar, a hablar, a comer, a llorar, a escuchar, a decir no, a decir sí, a besar, a respetar al prójimo, a diferenciar lo urgente de lo importante, a sentir y por encima de todo… tenemos que aprender a amar.

Ojalá tu vida, pequeña Lola, se centre en descubrir cómo querer y cómo hacerlo bien. Espero que algún día yo sea capaz de demostrarte al menos lo que NO significa querer, para que así tú me ayudes a conformar una definición que me llene. Por lo menos el sentido de tu vida llenaría la mía.

Te quiero.




1 comentario:

  1. Precioso. Bien construido. Bien escrito.

    Lola tiene mucha suerte de tenerte.

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