lunes, 15 de noviembre de 2010

punto.

Ni creo en los finales felices, ni pienso que nada de lo que ahora mismo tenga sea para siempre.
Porque despues de todo, mis ilusiones, mi confianza en la vida, mis ganas de vivir y de sonreír se han ido.

Y ahora ten el valor de preguntarme por qué. Ten el valor de volver a empezar todo, de dejarme ahí en el rincón de tus cosas olvidadas junto a la persona que eras antes. Hazlo, adelante, te abro paso. No pongo condiciones porque ya no me queda ni eso, no tengo ganas de discutir, ni de luchar, ni de volver a empezar la interminable espera que siempre depende de tí. ¿Mis argumentos? nulos. Y es raro, creo que nunca he llegado a decir que no me quedan argumentos para justificarte pero ahora ya no se que decir, no lo entiendo y en base a eso me es imposible perdonarte esta vez.

Y claro... perdonar ¿el qué? simple deberia perdonarte la manera en la que me lo entregas todo y consigues darme la plena felicidad y a igual modo como me la quitas de golpe sin ninguna justificacion y te vas. Te vas con mi felicidad dejandome aquí pidiendome que afronte las cosas, pidiendome que deje de llorar.

¿Y tú? quién te crees que eres para pedirle a una persona que acaba de perderlo TODO que no llore, ¿piensas que tienes ese derecho? ¿a pedir que afronte todo de golpe? claro.


Por pedir se pueden pedir muchas cosas aunque desgraciadamente nisiquiera sabes qué pedir, porque ni siquiera sabes lo que quieres. Yo te ayudo a decidir entre esa montaña de opciones. Sé que es poco, pero yo ya no estoy entre ninguna de tus posibilidades. Es mi decisión y sinceramente creo que es la que deberia haber escojido hace ya algun tiempo.

Olvidarte? para qué malgastar ese tiempo, es algo imposible DEMASIADAS excepciones. Resulta más facil apartarte entre mis recuerdos en un ricón de mi memoria.

Definitivo.

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