Fue un amor violento como un tornado que barre en línea recta una vasta llanura. Un amor que lo derribó todo a su paso, que lo succionó todo hacia el cielo en su torbellino, que lo descuartizó todo en un arranque de locura, que lo machacó todo por completo. Y, sin que su furia aimanara un ápice, barrió el océano completo, arrasó sin misericordia las ruinas.
Fue un amor glorioso, monumental
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