jueves, 16 de agosto de 2012





Cálida y triste a la vez, suave y ligera rozan por sus mejillas todos los gritos de su pensamiento. Indecisas se estremecen en los huecos de su piel haciéndose lugar en la superficie fragil y débil de sus recuerdos. Sí, asi era una lagrima suya. Una lágrima cargada de prejuicios, críticas, desesperanza... una lágrima que no siempre mostraba lo que debía. Un último esbozo de su "yo" más profundo. El adiós definitivo que abre camino a una época frívola e impermeable.

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