Desde pequeña he soñado en rosa, vestidos de princesa, barbies rubias, altas, delgadas, de ojos azules y pelo largo. Siempre como no, junto a un príncipe azul, esbelto, apuesto. Preciosas damas esperando a ser rescatadas por su amor verdadero. Todos esos cuentos. Por supuesto con final feliz. Los monstruos vencidos, ya sabéis "el bien siempre vence al mal" y al final... "vivieron felices y comieron perdices".
Cuando decides cerrar esos cuentos el rosa deja de ser un poco rosa. Es negro, oscuro... caes y sigues descendiendo por el enorme foso, agujero que tus propios monstruos han construido para ti. ¿Y el príncipe azul? Supongo que por el camino alguna doncella de ropa ligera ha podido con él.
Por último apareces tú, con tus ojos, con tu mirada y me enseñas otro color, el gris. Intermedio, sí, entre dos medios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario