“Nunca dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo. Si tienes un
sueño síguelo. Las personas que no se atreven a soñar te dirán que tú tampoco puedes. Si crees en
algo ve a por ello y punto”.
Es una lección. Una lección que
a lo largo de nuestra vida todos deberíamos aprender, muchos de vosotros ya la
tendréis como principio o ideal
esencial. La importancia de tener un sueño, un objetivo que abrazar en cada
paso que damos, una isla en la que trazar el camino, de ida pero también de
vuelta. Se trata de vivir con un pie en tierra y con otro en nuestros sueños. Se trata
de aprender a vivir conciliando nuestros impulsos y nuestra razón.
Dentro de poco se nos abre una nueva puerta, una puerta que alberga un enorme y esperanzador
futuro con el que podremos poner a prueba nuestras capacidades, nuestra
ambición, en definitiva, nuestras ganas de vivir. Un futuro del que no sabemos
nada, que puede provocarnos miedo, como todo lo desconocido y más aún en estos
tiempos difíciles en los que poco a poco se van perdido los valores intrínsecos
que definen a las personas, sin embargo debemos arrancar toda esa negatividad y
mirar la realidad desde una nueva
perspectiva enfocada a la mejora de la sociedad que nos toca vivir y ¿Por qué
no?, transformar.
Nos encontraremos
con complejas situaciones, en experiencias desconocidas y lugares nuevos. Comenzaremos
proyectos, muchos de ellos serán todo un éxito, y alguno no dará los frutos
deseados, pero por difícil que parezca, por poco esperanzador que resulte será nuestra
energía y vitalidad la que nos hará sobreponernos para el siguiente asalto.
Hoy damos un gran paso, dejamos atrás una montaña de sacrificios para
meterlos en nuestro pequeño baúl de los esfuerzos. Hasta aquí hemos podido
superar todas las pruebas o por lo menos hemos puesto empeño en superarlas.
Agarrémonos a los recuerdos de
estos últimos años para afrontar todo lo nuevo a partir de hoy. Tengamos en
cuenta todos los valores que el colegio y familia nos han tratado de inculcar
con el principal objetivo de aprender a vivir queriéndonos como personas y
respetando al otro. Elaboremos nuestros propios ideales y seamos fieles a
ellos, defendámoslos a toda costa, buscando el equilibrio entre lo correcto y
lo deseado.
Elegiremos bien, acertaremos y nos equivocaremos, aprenderemos, daremos
la gracias y pediremos perdón. Tenderemos la mano a quien la pida y dedicaremos una sonrisa a quien la
necesite.
Parece que fue ayer cuando muchos de nosotros entrábamos aquí con una
mochila demasiado grande para nuestro tamaño, andábamos perdidos como todo niño
en un nuevo lugar… esperando ser bien acogidos, y así fue. Poco a poco fuimos
creciendo en confianza, haciendo nuevos amigos y creando una rutina.
A lo largo de estos años hemos pasado por numerosas clases, conocido a
muchísimos compañeros, vivido varias
excursiones: la granja escuela, teatros, Tabarca y especialmente Ámsterdam… en definitiva este
colegio seamos conscientes o no somos
nosotros mismos, cada uno hemos recibido algo de él y al mismo tiempo le hemos
entregado un trocito de nuestra vida. Y ahora llega el momento de cerrar este
capítulo para comenzar a abrir otros que nos permitan crecer un poco más como
personas pues este colegio ya nos ha aportado todo lo posible.
No hay más razón que un corazón siempre loco por vivir, y eso es
precisamente lo que vamos a hacer. No decepcionaros y no decepcionarnos, salir
ahí fuera y escalar, no importa a qué altura lleguemos si no el modo en el que
lo hagamos. Debemos hacer converger nuestras ideas y talento con nuestro
esfuerzo constante, y dedicarlo a aquello que nos apasione, que nos entusiasme
y conmueva, es decir, trabajar en aquello
que cada día nos invite a seguir progresando.
Recordemos que el esfuerzo continuo supera siempre al talento acomodado,
a si que no os durmamos, no dejemos de ser inquietos, no cesemos de moveros, no
paremos de luchar. No se trata de despertarse un día y pretender construir el
muro más grande del mundo, se trata de levantarse cada día con el objetivo de
colocar un ladrillo de la forma más perfecta posible.
En definitiva, somos nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro.
Las palabras que hemos escrito, los lugares en los que hemos estado, lo que
hemos aprendido, y los amigos que hemos encontrado. Somos lo que éramos y somos
todo lo que nos pasa. Seremos sinceros en lo que decimos y estaremos en cada palabra que se nos oiga
pronunciar. Jugaremos a ser nosotros mismos y
apostaremos por aquello en lo que creemos sabiendo que tanto recibir
ayuda como el ofrecerla resulta imprescindible. Recordando de dónde venimos y a
donde vamos.
Por último queremos dar las gracias a todos los profesores del colegio.
Desde infantil hasta bachiller. Desde que nos enseñaban a coger el lápiz hasta
hoy. Gracias por apostar por nosotros y acompañarnos en el camino.
Gracias a nuestros monitores de catequesis y confirmación así como todos
los que nos han inculcado los valores cristianos con amor y cariño.
Gracias a todos los que hacen posible el funcionamiento del centro, desde
el cuerpo docente hasta el mantenimiento y limpieza del mismo, sin ninguno de
ellos este colegio no se habría convertido en nuestra segunda casa.
Queremos también agradecer de todo corazón a nuestras familias, que
siempre han estado detrás de nosotros como un pilar principal en nuestra
educación.
Y así nos despedimos y en nuestro adiós ya está la bienvenida.
Gracias.
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