El amor es un garbanzo en el frasco traslúcido de un yogur
relamido del que nacerá, bajo su permanente mirada, una mi
núscula planta entre algodones.
Y entre algodones, cada vez más agrios, temerás que un día
marchite.
El amor no siempre es demostrable.
Estas toneladas de afecto, verbo sentir, piedad, ternura y dolor,
no puedo dejarlas caer como presentes bajo tu ventana.
Sólo te queda creerme cuando mirándote a los ojos, sin ápice de
hilaridad, te diga algo ridículo.
Algo como,
yo que sé
Amor, te vería hasta doblada en ruso.
IX.
FE CIEGA.
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