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Ya lo supe, el día que me puse tan triste,
que me caí al suelo tropezando conmigo misma,
que soy tormenta que no avisa.
Que entendí mal que el amor es un juego y que
quien se enamora pierde.
Que temo que el amor sea eso,
parecido a un dragón verde que escupe rutina y
se alimenta de locura y que cuando se va
te deja absolutamente vacío.

Que se me metió en la cabeza que
más que de hielo,
estaba hecha de un material indestructible
y tú, eres criptonita.
Talón de aquiles.

Sostener un ramo de rosas, por supuesto,
rojas,
sabiendo que el jarrón es de cristal,
saber que se va a caer a la de un, dos, tres;
cortarte y ver sangre pero ¡maldita sea!
confundirla con las rosas
y seguir pensando (ilusamente)
que eres invencible.

¡Que si me pinchas, yo no sangro!
quenotenecesito es la mierda del año
2017 y quizá 2018.
quenotequiero es la espina que tengo clavada.
QUETEVAYAS,
es un imperativo condicionado a
no me dejes aquí,
que esta locura
necesita,
casa.

Que la locura
sería
sería
sería
confesaros que quien habla es la pu(t)ra rabia,
tu o yo,
matar o morir matando.