Y que has sido la lupa de mi vida, que me has
servido para descubrirme por dentro y explorarme, encontrar lo más delicado de
mi. Y el resto de factores, el resto de oyentes, espectadores y críticos,
vosotros, incluso los que me queréis habéis sido el sol. Y tú la lupa. Yo
estaba debajo y me he quemado, he tenido quemaduras de tercer grado y he pasado
de cuidarlas, han intentado curarlas por mí pero yo siempre he preferido
sentido dolor, mejor, antes lo prefiero a no sentir nada en absoluto. Supongo
que fue esa aflicción la que me mantuvo, mi propio cuerpo me mandaba señales y
me gritaba. Siempre busqué un acompañante quemado, como yo, porque no queremos el amor que no creemos merecer, incluso cuando sabes que es mejor que lo que nosotros damos, supongo que en el fondo no somos tan egoístas. Y si no estaba quemado, lo llevé al infierno.
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